jueves, 16 de diciembre de 2010

Dorado

Dos personas, dos cuerpos, dos almas, dos mentes, dos corazones latientes, bombeando más que sangre en cada latido, una sensación que los invade, una dosis extra de su cariño, se sumérgen el uno en el otro, aver quien llega más hondo. El miedo abunda en sus ojos, el riesgo que conlleva les aterra, pero solo cuando sus cuerpos ya no se aferran, pues cuando sus pieles entran en contacto, todo se vuelve abstracto, nada más importa, cuando pasan las horas, cual segundos,... "su boca, la culpa es de su boca",... "no, sus ojos, que me provocan un dulce antojo"... sea lo que sea, más que nadie se desean, y si solo fuera eso, pero son cobardes y lo dejan en un simple deseo, que la invade cuando sueña con sus detalles, que lo aterran cuando piensa en volver a enamorarse, preso fugitivo del amor furtivo, que le asusta arriesgar, por si acaso su alma se vuelve a desgarrar, y mientras ella, ilusa soñadora, que de andar sobre el cielo ha bajado a lo más profundo del suelo, sueña con una nueva historia, una historia que deje de ser ilusoria, que la quiera, que por ella muera, y regalarle un sinfin de amaneceres, y ver en sus ojos incontables atardereces, color dorado, como su rostro cuando la mira, colorado, cuando en sus ojos se fija.



No hay comentarios:

Publicar un comentario