¿Se puede saber qué coño me has dado? qué me diste que pasan los días, que digo días, meses, y sigo pensando en ti. Sigo viendote en cada rincón, echándote de menos como una idiota. Tus pequeños detalles, tu voz, tus gestos, hasta tus lunares. Estúpida inconsciente. Todavía espero, te espero. A ti, que no volverás, que vives tu vida. A ti, que de mi completamente te olvidaste. No puedo, por más que intento, borrar aquellos recuerdos de cuando eras tú mismo, o al menos, el mismo que yo conocí. Tus ganas de verme, de hablarme, de simplemente estar conmigo. Ando como alma condenada, buscándote en otros ojos, en otros labios, en otras palabras. Ilusa, se acabó. Tú ya no estás, yo ya no existo. Ya solo existen tus malditos recuerdos, que me atormentan día a día, que no me dejan vivir sin ti.
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