martes, 25 de enero de 2011

Una droga más

Y van pasando los días, y cada vez escuece menos la herida, cada vez pienso menos en ti, cada vez duele menos recordarte. Poco a poco se van haciendo más largos los días y más cortas las noches. Cada vez noto menos tu ausencia, y la esencia de tu antigua presencia. Poco a poco se vuelve a estabilizar mi dia a dia, va volviendo todo a la normalidad. Mi mente lo asimila, mi cuerpo lo asimila. Al fin y al cabo, una desintoxicación más de una droga como otra cualquiera. Una droga que invade cada resquicio de tu ser, que hace que el aire que respires llegue a lo más profundo de ti, cargado de un aroma ficticio creado por el recuerdo de tu mente, pura imitación de su olor. Una droga que hace que se te plante una sonrisa infinita en la cara, aunque de vez en cuando lo cambie por un montón de lagrimas que intentan ahogar el dolor de su falta, el dolor de su ausencia. Una droga llena de altibajos, que te lleva desde la más plena felicidad, casi rozando el cielo, hasta el mismísimo infierno, donde serías capaz de vender tu alma, por solo besarle una vez más.

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