Y de repente, se hace el silencio, se para el tiempo, y a la par que desaparece todo lo que me rodea voy cayendo al vacío que se aparece frente a mi. No siento miedo, incluso sonrío, y cierro los ojos y me dejo llevar, me dejo llevar a ningún lugar, donde no haya un solo ruido, ni siquiera una mísera persona. Respiro lo más fuerte que mi cuerpo me deja y cojo fuerzas para abrir los ojos y volver a la vida real.
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